Hoy me siento fea.

Como temática de un examen nos han propuesto realizar una campaña para Diadora. La verdad es que hacía mucho que no me tocaba un tema entretenido que nos permite explayarnos e irnos en la volá. El problema es que estamos trabajando la belleza de ser mujer, y mientras hoy escribía que todas las mujeres son lindas me descubrí sintíendome fea.

En realidad soy demasiado vanidosa y egocéntrica como para aceptar sentirme fea, pero la cosa es así no más... y lo peor es que hacía años que no me pasaba algo así. Y cuando digo años me refiero al tiempo en que era más plana que una tabla (además de petaca), frente a lo powerosas de mis ex-compañeras. Es estúpido pensarlo ahora, pero me discriminaba a mí misma... por suerte eso cambió a mi favor y la vida fue bastante generosa conmigo =P

Pero hoy es diferente. Hoy me siento fea. Me miro en el espejo y no puedo encontrarme ni media gracia, y todas aquellas cosas de las que siempre me enorgullecí, ya no me hacen sentir igual de bien. En otras palabras; me siento fuera de training a tiempo completo. Lo más mongolo del problema (fuera de ser una estupidez total, sin relevancia y pendejada), es que me siento fea por dos sucesos puntuales. El primero fue la visita al oftalmólogo, donde descubrí que cada día estoy más ciega, y la segunda es mi manía por cambiar de cabezas ¡Sí, están leyendo bien! Bueno, no es un cambio de cabeza como los pokelego, sino mis constantes cambios de color de pelo o nuevos cortes. No suena tan mal ¿verdad? Desde el campo de la ciencia sólo estaba experimentando cómo se vería mi pelo si lo podaba más y más ¿Resultado? Quedó la cagada. Terminé en urgencias de la primera peluquería que encontré.